El fetichismo es un tipo de excitación o atracción sexual hacia objetos, partes del cuerpo o situaciones concretas que por sí mismas no tienen una connotación de tipo sexual. En términos más explícitos, el fetichismo involucra formas menos convencionales y comunes que provocan una excitación sexual.

Aunque la Real Academia de la Lengua Española define el fetichismo como una desviación sexual, la realidad es que es una práctica cada vez más común y que, sin llegar a los extremos, puede mejorar las relaciones íntimas de las personas.

Las personas con fetiches sexuales consiguen excitarse más a través de determinadas prendas, objetos o situaciones concretas, por eso el tipo de fetichismo más frecuente es sin duda los pies, ya sea viéndolos, tocándolos o lamiéndolos.

Pero hay otros fetiches que también son muy comunes, como los que tienen que ver con otras partes del cuerpo como las manos, el ombligo, los hombros, el cuello y la barba.

Los fetiches sexuales se pueden clasificar en tres categorías: fetiches de cuerpo, fetiches por objetos y fetiches de trato.

Las personas que tienen fetiches se pueden estimular y satisfacer sexualmente de varias maneras, usando la ropa interior de otra persona o vistiéndose con ropa de látex o de cuero.

Pero también existen algunos objetos fetiches como las medias, los zapatos y la ropa interior. Es importante señalar que el fetichismo también puede ser sobre objetos que, al estar presentes en el encuentro sexual, incrementan la excitación, por ejemplo, las esposas o la ropa de cuero.

La persona que tiene un fetiche se excita con el tacto de estos objetos o incluso con el mero hecho de observarlos, sentirlos u olerlos. Todo esto aumenta el placer y en algunos casos son necesarios para llegar a la excitación o el clímax.

Los juguetes sexuales son una manera de tener diversión a la hora de tener relaciones sexuales. Existe una gran variedad de ellos, que por su tamaño, forma, color y funcionalidad producen múltiples sensaciones.

La ropa también es una clase de fetiche que es una de las fantasías sexuales más frecuentes y que más a menudo se llevan a cabo en la intimidad. Además de la ropa interior de encaje, de cuero y de látex, los guantes, medias, minifaldas, zapatos, botas, corbatas e incluso delantales, suelen ser objetos fetiches y para el fetichista, estos objetos suelen ser mucho más excitantes si ya los ha llevado puestos una persona.

Dentro de los fetiches más populares está el calzado femenino. Muchas personas pueden llegar al orgasmo sin que la otra persona se quite los zapatos (generalmente tacones altos) durante lo que dura la relación sexual. También los pies son un fetiche habitual. Para mucha gente, ver unos pies cuidados y suaves les resulta de lo más excitante.

El uso de ropa masculina por parte de la mujer durante los preliminares y el acto sexual también representa un fetiche. Ello implica un rol de dominación por parte de esa persona.

Aunque el uso de tatuajes se ha vuelto muy común hoy en día, ya sea por moda o estética, hay individuos que se excitan más si están con otra persona que lleve uno o varios tatuajes en su cuerpo. También las pecas y los lunares son objeto de fetiche.

El cabello siempre ha sido un símbolo de sensualidad, tanto para hombres como para mujeres. Esto es algo que los fetichistas del pelo llevan siempre. Estas personas alcanzan una intensa excitación cuando acarician el pelo de otras personas.

Hay lugares que también se han convertido en fetiches, como los ascensores, los vestidores de una tienda o el cuarto de baño de un avión, son los lugares que más excitan a las personas que disfrutan de relaciones sexuales en espacios pequeños. Lo normal es tener pánico a espacios cerrados, pero en este tipo de fetiche lo excitante es permanecer en ellos.

Para hombres y mujeres hay fetiches que son del gusto de ambos, pero las mujeres disfrutan más el uso de juguetes sexuales, fantasear con tríos u orgías, tener sexo con un desconocido y hasta usar uniformes.

Para muchos, los disfraces y uniformes son todo un fetiche y dan rienda suelta a su pleno erotismo. Los más populares son los de policía, enfermera, conejita y colegiala.

Cualquier prenda que haga sentir sexy a una mujer y que la excite, es un fetiche sexual. Tal vez por eso es uno de los fetiches más comunes de las mujeres, pues encuentran en la ropa un poder sexual único.

A muchas parejas les gusta incluir comida durante el sexo, ya sea la clásica crema batida, frutas o chocolate, la idea es darle más sabor al encuentro.

Otro tipo de fetiche es la obsesión por la orina. Algunas personas adoran la orina o mejor conocida como “lluvia dorada”, que consiste en orinar encima de la pareja, y aunque parece poco común, hay muchas personas que aman la idea.

Pero existen algunos fetiches que suenan bastante extraños o al menos fuera de lo común, como la “agalmatofilia”, que es atracción sexual hacia muñecas o la “salirofilia”, que es para quienes les gusta la idea de ensuciarse durante el sexo o ensuciar a su pareja. Esto va desde despeinar al acompañante hasta correrle el maquillaje y romperle la ropa. Todo eso se hace con el fin de excitarse. También está la “odaxelagnia”, que la practican quienes disfrutan morder o ser mordidos durante la relación sexual. La “acrotomofilia” es la atracción sexual que siente una persona por alguien a quien le falta alguna extremidad o es discapacitado y usa muletas o silla de ruedas. La “somnofilia” Se trata de la excitación sexual mediante una persona que está dormida. En este caso, el placer se obtiene de la sensación de ver a una persona dormir y puede servir como simple estímulo para la masturbación. Sin embargo, algunas personas practican la somnofilia al grado de obtener placer al tener relaciones sexuales con una persona que está dormida, en donde el placer se obtiene del miedo a que la persona despierte y los descubra.

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