Las características sexuales se refieren a los rasgos físicos, anatómicos y fisiológicos que distinguen a los individuos como masculinos o femeninos. Estos caracteres son determinados principalmente por la combinación de los cromosomas sexuales y están influenciados por las hormonas sexuales producidas en los ovarios y los testículos.

Los caracteres sexuales son las diferencias físicas que existen entre los hombres y las mujeres y se dividen en primarios y secundarios. Los caracteres sexuales primarios son los órganos reproductores.

Los caracteres sexuales secundarios son las características físicas no relacionadas con la reproducción que diferencian a hombres y mujeres.

En las mujeres podemos notar los senos, la voz aguda, las caderas anchas, y el escaso vello corporal.

En los hombres se distinguen la barba, la voz grave, una musculatura más desarrollada, la aparición de vello abundante en rostro, pecho, pubis, piernas, axilas y el ensanchamiento de la espalda.

La diferenciación sexual comienza en la etapa más temprana bajo la influencia de las hormonas sexuales. En los individuos masculinos, los testículos comienzan a producir testosterona, una hormona masculina que desempeña un papel clave en el desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios masculinos.

La testosterona es responsable de la diferenciación de los órganos reproductores masculinos, como el pene y los testículos, así como del desarrollo de características secundarias, como el crecimiento de vello facial y corporal, la profundización de la voz y el desarrollo muscular.

En las mujeres, los ovarios producen hormonas femeninas, como los estrógenos y la progesterona, que también tienen un papel importante en el desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios femeninos. Los estrógenos son responsables de la diferenciación de los órganos reproductores femeninos, como los ovarios, las trompas de Falopio y el útero, así como del desarrollo de características secundarias, como el crecimiento de los senos, el ciclo menstrual y los cambios en la distribución de la grasa corporal.

Además de los caracteres sexuales primarios, que son los órganos reproductores internos y externos, existen caracteres sexuales secundarios que son visibles en la apariencia física y varían entre hombres y mujeres.

Los órganos sexuales comienzan a madurar en la etapa de la pubertad, a partir de los once años en las niñas y de los trece años en los niños.

Las hormonas sexuales hacen que se desarrollen los caracteres sexuales secundarios. El desarrollo de las características sexuales secundarias de las niñas comienza a formarse muy temprano, pues entre los 7 y 13 años los senos comienzan a desarrollarse, el vello púbico comienza a crecer entre los 8 a los 14 años, la vagina se hace más grande y sus labios externos (labios mayores) se vuelven más pronunciados      entre los 8 a 15 años. El cuerpo crece más alto y pesado de 9 a 14 años e inicia la menstruación entre los 9 y 16 años.

Aunque siempre se ha hablado de lo masculino y lo femenino, en los últimos años han hecho aparición las siglas LGBTQ+, que hablan sobre la diversidad sexual que ocupa la actualidad. Hoy en día ya no sólo se habla de hombres y mujeres, sino también de Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales, Queer, Intersexuales, Asexuales y todas sus derivaciones.

Lo que define a este amplio abanico de personas es que se trata de individuos que han nacido con características o tienen preferencias sexuales que no pertenecen estrictamente a las categorías masculinas o femeninas o lo hacen al mismo tiempo.

Por ejemplo, el lesbianismo se refiere a las mujeres que experimentan amor romántico o atracción sexual por otras mujeres. El término de Gay se refiere a los hombres que se sienten emocional, sexual y románticamente atraídos por otros hombres. El término transgénero describe a la persona cuya identidad de género es diferente al sexo asignado en el momento del nacimiento. Los bisexuales son personas que se sienten atraídas emocional, romántica y sexualmente hacia personas de cualquier sexo. Las personas intersexuales nacen con características sexuales que no se ajustan a las nociones típicas de masculino o femenino.

La pansexualidad es la atracción sexual hacia las personas, independientemente de su sexo o identidad de género e incluye hombres, mujeres, personas agéneros, transgénero, transexuales, intersexuales, género fluido, intergénero y cualquier género o identidad de género.

La alosexualidad es lo opuesto a la asexualidad. Una persona alosexual se siente atraída hacia personas heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales y otros tipos de sexualidad.

La Skoliosexualidad o Escoliosexualidad es la atracción sexual hacia personas no-binarias, es decir, personas cuya identidad sexual difiere con el sexo con el que nacieron.

La androginosexualidad es la atracción sexual hacia personas andróginas, que tienen características tanto masculinas como femeninas.

Por su parte la ginesexualidad es la atracción sexual hacia las mujeres y la androsexualidad es la atracción sexual hacia los hombres.

La gris-asexualidad se trata de un concepto entre la sexualidad y la asexualidad, aunque se acerca más a la asexualidad. Las personas que se denominan grisasexuales sienten atracción sexual hacia otras, pero solo en contextos u ocasiones específicas.

Los transeróticos son personas de cualquier sexo que se sienten atraídas sexualmente hacia otras que son transgénero o transexuales.

La monosexualidad es atracción sexual hacia un solo y determinado sexo o identidad de género. Los monosexuales son exclusivamente heterosexuales u homosexuales.

La polisexualidad es la atracción sexual hacia varios grupos de personas de determinado género biológico o identidad de género. La diferencia con la pansexualidad es que las personas pansexuales se sienten atraídas por otras con cualquier identidad de género o sexo, mientras que en la polisexualidad se excluye algún grupo.

Los heterorrománticos son aquellos que sienten atracción de forma romántica, pero no sexual, por un sexo o género distinto al suyo.

Los homorrománticos solo sienten atracción romántica -y no sexual- hacia el mismo género o géneros similares. Es decir, una persona homorromántica solo siente atracción romántica hacia su mismo género, pero puede sentir deseo sexual por personas de otros géneros, o hacia nadie (asexualidad). Una persona homorromántica podría seguir siendo bisexual, polisexual, omnisexual, etc.

Los birromántico o panromántico son personas que se sienten atraídas románticamente por múltiples sexos. Es decir, el Birromanticismo es propio de aquellas personas que, independientemente de su orientación sexual, están abiertas a experimentar una relación sentimental y romántica con cualquier persona sin importar su género o sexo.

 

Juan Guillermo Londoño Berrío

RESERVAR