Una agresión sexual o abuso se refiere a cualquier contacto sexual no deseado. Sucede cuando alguien fuerza o presiona a alguien sea física o emocionalmente a hacer alguna cosa de tipo sexual. Una forma de agresión sexual, por ejemplo, es la violación, que es cuando alguien obliga o intimida con violencia a una persona para tener sexo con ella.
El abuso sexual en cambio es un tipo de actividad o contacto sexual en donde se accede al cuerpo de una persona sin su consentimiento, pero sin violencia, entonces sólo se estaría hablando de agresión sexual o coerción sexual. En estos casos el atacante no necesita usar la fuerza física o la amenaza, basta con darle drogas o alcohol a su víctima para abusarla sexualmente.
El abuso sexual puede incluir actividades sin contacto físico, como el exhibicionismo o forzar a alguien a mirar imágenes con contenido de tipo sexual.
Se entiende como el abuso real o intencionado cuando existe una diferencia de poder, de confianza o la posición de vulnerabilidad de una persona, con el fin de obtener favores sexuales, lo que incluye, entre otras acciones, ofrecer dinero u otras ventajas sociales, económicas o políticas. Este tipo de abuso se presenta en muchas empresas y en colegios, escuelas y universidades, pues también se amenaza con no obtener un trabajo o una calificación, etc.
Por su parte, el acoso sexual se basa en las conductas intimidantes y coercitivas que una persona realiza para obtener favores de naturaleza sexual. Incluyen insultos, observaciones, bromas e insinuaciones de carácter sexual, comentarios, bromas, gestos o miradas sexuales, manoseos, jalones o pellizcos en forma sexual y hasta tocar o rozar a la víctima de un modo sexual.
El acoso es la acción de acechar a una víctima de forma reiterada atentado y alterando el desarrollo de su vida de forma grave y atentado contra su libertad individual como persona. El acosador desarrolla actitudes y conductas inadecuadas para con el acosado, que se repiten en el tiempo, haciendo uso de su poder para ejercer un control sobre la víctima.
Se trata de hostigamiento sexual cuando quien comete la agresión tiene un puesto jerárquicamente superior respecto a la víctima. El acoso u hostigamiento sexual afecta a la persona que es víctima y se entiende como una conducta de naturaleza sexual que se considera ofensiva y humillante para quien lo padece, lo que puede interferir en su trabajo, pues se crea un entorno laboral intimidante, hostil y ofensivo. Este tipo de acoso es muy frecuente en los lugares de trabajo o en su entorno, pues a veces también se usa como condición para contratar a alguien.
El acoso u hostigamiento sexual puede darse de distintas formas, desde miradas y palabras hasta contacto físico de naturaleza sexual. Algunos ejemplos de acoso u hostigamiento sexual incluyen agredir o intentar agredir sexualmente a una persona, con inclusión de la violación; compartir o mostrar imágenes o videos sexuales inapropiados, sin importar el formato; enviar mensajes sugestivos de contenido sexual en cualquier formato; compartir anécdotas o hacer bromas de carácter sexual o lascivo; hacer gestos sexuales inapropiados, como movimientos pélvicos; tocar a alguien sin su consentimiento, lo que incluye pellizcar, frotar o rozar intencionalmente a otra persona; mirar a alguien de manera lasciva; invitar a alguien a salir repetidamente o solicitar favores sexuales; calificar la sexualidad de una persona; hacer comentarios sexuales sobre la apariencia, la vestimenta o las partes del cuerpo de alguien; poner apodos o utilizar insultos con connotación sexual o basados en estereotipos de género; hacer comentarios denigrantes sobre la identidad de género o la orientación sexual de una persona.
Y es que existen muchas formas distintas de acoso: laboral, sexual, ciberacoso, escolar, racial, etc. Muchas formas diferentes de acosar en las que la violencia no siempre tiene por qué estar presente.
Según el Código Penal, en Colombia hay cuatro delitos sexuales: el acoso, el acceso carnal o acto sexual abusivos con persona incapaz de resistir, los actos sexuales con menor de 14 años y el acceso carnal abusivo con menor de 14 años.
La violencia sexual ocurre cuando alguien fuerza o manipula a otra persona a realizar una actividad sexual no deseada sin su consentimiento. Abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la intimidación a la fuerza física. También aplica a cualquier tipo de contacto sexual con una persona que no puede dar su consentimiento, como una persona menor de edad, que tenga una discapacidad intelectual o física o que esté desmayada a causa del consumo de drogas o alcohol, o que no esté en condiciones de responder, como por ejemplo porque está dormida.
Las razones por las cuales no hay consentimiento pueden ser el miedo, la edad, una enfermedad, una discapacidad o la influencia del alcohol u otras drogas.
El abuso sexual también puede ser verbal, visual o sin contacto. Es cualquier situación en la que se fuerza a una persona a participar en una actividad sexual o en la que se expone visualmente a una persona a contenido sexual que pueden incluir voyerismo, o mirar a escondidas actos sexuales privados sin el consentimiento de los involucrados. El exhibicionismo, es decir cuando alguien se expone en público; Acoso sexual o amenazas; Forzar a alguien a posar para fotos sexuales; Enviar a una persona mensajes o mensajes con contenido sexual como fotos o textos no deseados.
Todas estas conductas afectan a quienes han sido víctimas de acoso, abuso o violencia sexual, llevándolas a la depresión, a sufrir de ansiedad, a tener dificultades para dormir y hasta tener comportamientos suicidas o padecer trastornos de pánico.